Los turistas en el "barrio rojo" estarán obligados a comportarse decentemente

Ámsterdam está introduciendo nuevas reglas para las visitas turísticas a la zona de De Wallen, conocida como el "barrio rojo". Durante las paradas, los turistas no podrán mirar hacia las ventanas de los establecimientos que brindan servicios sexuales, para que no miren a las mujeres por mucho tiempo. Además, no se les permitirá tomar fotografías de trabajadoras sexuales y gritarles.

Fuente: Euronews

Para caminar alrededor de la cuadra en compañía de más de cinco personas, los turistas deberán obtener un permiso especial de la oficina del alcalde. A las empresas de más de veinte personas que no viajan a pie, sino en bicicleta o segways, se les ha prohibido visitar el barrio. Esta medida debería limitar las visitas privadas ilegales a De Wallen.

Además, los grupos de turistas no podrán permanecer en los puentes o cerca de las tiendas durante su horario de apertura, para no interferir con el tráfico. Antes de comenzar las excursiones, se requerirá que los guías recuerden a los turistas que respeten a los residentes de la zona, a los vendedores y a las trabajadoras sexuales, y las excursiones finalizarán a más tardar a las 23 horas.

Las nuevas reglas entrarán en vigor el 1 de abril de 2018. Los infractores de las reglas y aquellos que no puedan proporcionar los documentos necesarios serán multados por la policía.

El propósito de las restricciones es reducir la "congestión peatonal" en el área, reducir la afluencia de turistas al "barrio rojo" y mejorar sus relaciones con los residentes de Ámsterdam, así como proteger a las trabajadoras sexuales de la intimidación. La oficina del Alcalde firmó un acuerdo de este tipo con las compañías de viajes. Hay 3.000 residentes y 400 burdeles en el bloque. Más de 200 mil turistas visitan De Wallen cada año.

En 2017, los guías concluyeron un pacto voluntario correspondiente: incluso entonces se decía que cuando un grupo se detiene frente a las mujeres para escuchar al guía, debe pararse de espaldas a ellas.

"Por supuesto, no está prohibido mirar: cualquiera es libre de hacerlo. Esto no es una ley, sino una norma. Pero queremos que la gente se comporte con respeto y no mire de cerca o por mucho tiempo", dijo Vera Al, representante de la oficina del alcalde. Las autoridades tomaron medidas después de descubrir que solo el 40% de los guías habían firmado el acuerdo.